Pintamos las paredes con cabritas y ositos
[hr]
Finalmente pintamos el departamento. Al decidirnos por los colores fue claro desde el principio que las paredes debían ser blancas, no nos llega mucha luz natural así que teníamos que iluminar el lugar como fuera. Además, Alejandro es devoto del minimalismo así que en verdad no existía otra opción.

Pero igual queríamos incluir unos toques de color, así que cuando vimos
este post en
Depto51 supimos que queríamos hacer exactamente lo mismo! Jeje, no… la idea no era hacer un plagio, queríamos poner un color en las orillas de puertas y ventanas, pero nada que contrastara mucho. Finalmente nos decidimos por el celestito porque ayudaba a iluminar y es nuestro color de la suerte :) (Si, suena cursi… pero es sólo el color que más se vende en nuestra tienda y el color de la primera carcasa que vendimos EVER). Como es nuestra casa y todo lo hemos hecho con tanto amor y devoción, con nuestro propio sudor y sangre, y vamos a tener que vivir ahí un tiempo considerable, queríamos la pintura de mejor calidad, lo que se traducía en la pintura más cara. La que compramos es marca
Behr y la elegimos porque tenía un oso en el logo, y porque tenía los muestrarios de color más bakanes! Son muestras de pintura real, no un color impreso así que se podía hasta tocar la textura. Pero era cara… muy, muy cara. El blanco se llama popcorn, el celeste no me acuerdo pero nos costó mucho elegirlo, no queríamos que nuestra casa pareciera tienda de cupcakes.

El departamento estaba recién empastado así que compramos un primer de la misma marca que permite poner menos capas de pintura y hace que dure mucho más tiempo. El error fue que compramos la cantidad de pintura que nos recomendó el pintor, y como se puso el primer sobró más de la mitad de la pintura. Adiós paredes fucsia, adiós puertas amarillas, hola casita. En esta etapa el departamento quedó mínimamente habitable, acordamos que a penas estuviera pintado y se comprara la cama, nos mudábamos a nuestro nuevo hogar. Y bueno, no tenemos cocina todavía… pero como me dijo una amiga:
kitchens are so overrated.

También falta pintar las puertas del baño y el closet, tenían tantas capas de pintura de mala calidad (parecía que las habían pintado con témpera) que Alejandro quiso sacarlas y llevarlas al campo para que el abuelo las lijara, pero les costó tanto sacar la pintura que ahora les da pena pintarlas. Hombres. Menos mal que la puerta de entrada no la podían sacar y llevársela fuera de Santiago por el fin de semana.
